MMX

Si bien me encanta escribir, yo no soy de esos que acostumbran a hacer todos los años por estas fechas, una recapitulación de la bueno y lo malo que ha pasado por sus vidas. Pero sin embargo este año lo haré, porque si bien han pasado hueás malas y me he mandado cagás, creo que he cumplido muchas de mis metas, y por mi vida pasaron muchas experiencias nunca antes vividas.

Primero que todo, empecé este 2010 de la mejor forma, haciendo nuevas grandes amistades, consolidando unas antiguas, y terminando otras malas.

Me puse a trabajar, y me sirvió muchísimo. Primero, obviamente por las lucas que gané ahí, que me sirvieron para comprar en parte, mi guitarra y mi notebook. Segundo, me hizo abrir los ojos un poco, para no ser tan peyorativo, ya que la realidad que nos rodea a veces es mucho más cruda de lo que pensamos. Me tocó trabajar con niños que en vez de gastarse la plata en banalidades como yo, ayudaban en su casa, les daban plata a sus mamás, o compraban cosas que sus papás deberían. Y por último, me sirvió, porque me di cuenta de que con esfuerzo y dedicación, todas (o casi todas) nuestras metas, se pueden lograr.

Y luego vino esa maldita noche del 27 de febrero, que tanto daño le hizo a mi país. Es raro que yo hable así, pero ese día, esa semana en que Chile estuvo paralizado, me sentí más chileno que nunca, acompañando a mi pueblo en su duelo. Cuanta gente sin casa, sin familia, sin algo que comer, fue horrible. Y más es la preocupación, cuando sabes que hay una persona muy, pero muy importante en una de las partes más afectadas, y no tienes como mierda comunicarte con ella. Si, ella, quien debe ser la persona más implícitamente nombrada en este blog, me tuvo con el ama en un hilo, pero gracias a... alguien (?) está bien, sana y salva.

Y empezó mi año escolar, el famoso y temido tercero medio. Y académicamente hablando, empecé igual como lo terminé, con el segundo mejor promedio del curso. Me estuve mentalizando mucho tiempo, diciéndome a mí mismo, Tomás tu podís, erí mejor que esos cuarenta huevones, vamos! Y me sirvió un poco, pero aun así no me alcanzó para ser el mejor del curso. Quizá me habría servido no haber carretiado tanto, pero no me arrepiento, de todas esas tardes de viernes y no viernes, con Diego y Rate, y a veces Matías y los demás, compartiendo un trago, un pito, o lo que sea, recordando experiencias, personas, rapeando, jaja que manera de hueviar. Hice nuevas grandes amistades gracias a mi liceo, a veces amado, a veces odiado, que me hizo marchar por Santiago por una educación mejor y más justa, que me dio uno de los carretes más distorsionados a los que he ido, y que también, me hizo aprender todo lo contrario a lo que yo creía. La gente no es más sabia mientras más libros ha leído, si no mientras mejor sabe convivir con sus pares. Me ha tocado relacionarme con gente muy “matea” pero a su vez muy corta de genio. ¿Pero eso de que te sirve? La sabiduría es la búsqueda de la verdad, y a su vez, la verdad es el camino hacia la felicidad. Pero si no compartimos con los demás hombres ¿seremos realmente felices?

Me fui un poco en la volá… Y bueno, pasaba el año y estudiaba, y hacía trabajos, y peleaba neciamente con Miriam Rabah (Mi profesora de biología electivo) por su falta de criterio que al fin y al cabo me pasó un poco la cuenta, y mientras hacía todo eso, tocaba guitarra. Que feliz me sentía al presionar esas cuerdas contra aquel mástil palorrosa y hacerlas vibrar con mi Fender heavy, mi uñeta de la suerte; No había mejor sensación que aquella para mí por aquellos días, donde tocaba 5 o 6 horas diarias, piezas de John Frusciante, Kurt Cobain, Dave Mustaine y tanto otros maestros. En todo este tiempo me enamoré de mi guitarra, aunque solo sea una Squier, para muchos una mierda, pero es MI mierda. Tanto me enamoré de ella, que con la plata donada por don pascuero a este humilde servidor, me compré una acústica (como pa’ la fogata). Y ahora estoy vendiendo a mi strato; me va a doler mucho cuando la deje, pero todo el aprendizaje que me brindó nunca lo olvidaré.

Siguiendo un poco con la música, en este bizarro año tuve una de las mejores experiencias de mi vida. Maquinaria Festival se llamó, aquella hermosa tarde-noche de Octubre con Camila, mi mejor amiga, viendo primero a los QOTSA que estuvieron sencillamente notables, con su energía y su puesta en escena; luego The Pixies, con una calmada pero hermosa presentación. Juro que casi lloré cuando tocaron Where is my mind y luego Gigantic, lo amé.Y al final de la noche, el mejor grupo, Incubus, aunque le faltaron sus mejores canciones, estuvieron impecables.

Y luego llegaron los problemas, dah o sea… mujeres. En septiembre por ahí, luego de unos tweets misteriosos apareció una dama misteriosa. Ella se hacía la ruda, me decía que no sentía (pero yo sabía que era mentira). Sentía que era muy parecida a mi, que no le gustaban las cosas que le gustaban a todos, que le apasionaba el arte y la música (y tocar guitarra), y esencialmente Nirvana. Fue un período en el que en mi mp3 no sonó más que la desgarrada voz de Kurt Cobain, por ella. La conocí en persona, y fue algo extraño, un 18 de septiembre en una fonda vegetariana que parecía un asado familiar, del que nos fuimos inmediatamente, pero bueno (…). Y paso así uno de los períodos más extraños de mi vida, con ella, quien vivía al otro lado de la ciudad, y por esto, la veía solo 1 o 2 veces a la semana. Fue una relación extraña, corta, pero prometo no olvidar lo que pasó, esos viernes tirados en el pasto viendo cómo se dilataban nuestras pupilas, aprendiendo a besar de una forma diferente y cantando desafinada pero apasionadamente canciones de los 90, porque le tuve (y todavía le tengo) cariño, y mucho. Y como siempre, Tomasito, manitos de hacha, la tuvo que cagar. Lo recuerdo claramente, fue una semana después de Maquinaria, el carrete de mi Liceo. Había tomado cerveza y luego vodka, y también había fumado paragua y cigarros, pero solo para aumentar el efecto. Me sentía tan, tan… arriba. Primera vez que tengo total deshinibición, y la vi bailando a ella con sus amigas. Hola, ¿Quieres bailar?, y me miro con sus grandes y hermosos ojos, sonrió y me dijo que sí, y de lo demás ya no recuerdo. Solo al final, cuando ella me dijo ¿dame tu msn? Y yo se lo escribí en su celular, y salí del liceo y ya estaba afuera con mis amigos. Fue extraño, pero sentí que ella era todo lo que necesitaba, me llenaba, aunque se pareciera muy poco a mí, sentí que debía estar con ella porque a ella realmente la hacía feliz. Y después, cuando desperté estaba en la casa de Matías, con un dolor de cabeza insoportable, y una enorme sensación de culpa. No sabía qué hacer, sabía que iba a terminar tirando con la niña del carrete, pero aún quería a… ella. Pero decidí terminar aquello, no quería ser “infiel”, no quería hacerle a alguien que quería lo que me hicieron a mí una vez. Y lo hice, con un sms, fui un cobarde, lo sé, pero mientras antes lo terminara mejor. Y así, empecé otra extraña relación, con la niña de la fiesta, quien resultó ser una señorita muy señorita, muy alegre y cariñosa, pero con una extraña tendencia a no amarrarse a nadie. Y bueno, a mí me gustaba, yo le gustaba a ella, y así seguimos hasta hoy, siendo libres, haciendo lo que queremos con nuestras vidas, y viéndonos 3 veces al mes (?) pero bueno, mejor así. Y así llegué hasta donde estoy hoy, semi-soltero, cagando a mis amigos, a mis amigas, ofreciendo sexo, etc.

Y bueno, eso ha sido lo más relevante que me pasó este loco 2010, bicentenario de personas y experiencias nuevas, mineros atrapados y reos quemados, de putas y persecuciones, de mundiales y celebraciones en baquedano, de paseos a la Moneda y combos en la cara de Matías, de peleas y reconciliaciones, de perros y perras, y sobre todo de alcohol, drogas y rock n' roll !

Después de todo, no fue un mal año x)

Comentarios

  1. Intenso perrrin, te toco un año medio movido
    ah cierto yo estaba ahi.
    Nice to know you tu noouuu

    ResponderEliminar
  2. yo igual estuve ahí e_e

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Ruta 78

Gerardine

Extremoduro