Pandemindependencia
Que increíble como de un momento a otro ya no nos pudimos ver más las caras, y tuvimos que empezar a imaginar nuestros rostros bajo las mascarillas. Parece difícil creer que algo tan pequeño nos hizo distanciarnos tanto, evitar los abrazos, los besos, las caricias. De un momento a otro ya no existieron más los apretones de mano, y nos tuvimos que conformar con una mímica o un roce de codo.
En lo personal, me hizo tomar decisiones importantísimas, tuve que partir de mi hogar, cuidar a los viejos, tratar de evitar no hacerlos pasar, por algo que no sabía si podrían pasar. Y no voy a mentir, a veces extraño la casa, tener a los amigos cerca, el desayuno servido o la ropa planchada, los retos de mi mamá y las preguntas sin sentido de mi papá. Pero además de tener la tranquilidad que los estoy cuidando, miro por la ventana y pienso, que estoy viviendo, en cierto punto, todo lo que siempre soñé,
Nunca fui fanático de dar explicaciones. Soy dentro de todo introvertido y bueno, desde pequeño que soñaba con la independencia, con esa sensación de no necesitar de nadie, de no depender de nadie, y de que si yo quería, abrir la ventana a las 2 am, fumarme un pucho, y reflexionar sobre lo que sea. Si yo quiero, tomar la bici y salir pedaleando a la mierda, poner la música fuerte o subirle al máximo al amplificador.
Y en eso estoy. Y a veces soy feliz. A veces no tanto, y otras definitivamente estoy pésimo, pero de eso se trata la vida. O al menos eso creo, ¿O no?
Comentarios
Publicar un comentario