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No sé si valga de algo contar las horas que han pasado desde que las cosas cambiaron tanto, no sé si el tiempo sea relevante en estos momentos, quizás te interese saber otras cosas, cómo que estoy muy arrepentido de las estupideces que te dije y de las cosas que sentí, y otras cosas cómo que me taquicardizo cada vez que te veo, que siento cosas que hace mucho no sentía en mi abdomen, que me siento de nuevo como aquel Lastarrino que fantaseaba tener un romance con aquella chiquilla del liceo 1, y que ahora en vez de que todo sea una ilusión, todo es real. El tiempo es lo de menos, pero me fue imposible no marcar el 18 de Julio en mi calendario como un día inolvidable para mi, el día en el que la niña delgada y de pelo largo se convertía en algo más que una conocida virtual, como el día en el que esa fantasía se empezó a hacer realidad, el día en el que en vez de verte a 10, 20 o 30 metros te tenía a escasos centímetros en mi auto. Y ha pasado poco pero siento que ya es mucho, porque lo que siento por ti es mucho Angélica. El tiempo es relativo, pero 8 años esperando que te fijes mi no los arruinaré con una tontera como la que dije y si hay algo que pueda hacer para no perderte, creeme que no dudaré en hacerlo. Me estoy enamorando de ti, Angie. Gracias por hacerme sentir como me siento, gracias por hacerme tan tan feliz. Gracias por darme una oportunidad y gracias por leer esto, aunque yo no te lo haya pedido. (Y por tomarte ese té aunque tenga sabor a abrilar).

Te quiero