Tiempo

Siempre me ha intrigado saber como lo haces para mover los engranes del reloj, para atenuar nuestras fuerzas y para arrugar nuestros rostros. Desde muy pequeño me ha parecido interesantísimo el hecho de que puedas hacer crecer un roble, hacerlo grande y fértil, pero al mismo tiempo tengas la facultad y el derecho para secarlo y hacerlo caer de a poco. Aquellos que dicen que curas todo saben que a pesar de ser verdad, también eres capaz de diluir cualquier amor, porque ambos sabemos que solo tú eres para siempre. Siempre tuve la fantasía de viajar a través de ti, ir a los años 60 y conocer a mis abuelos y ver a mis padres jóvenes, como también ir al futuro y conocer a mis hijos y a mis nietos. Eres invisible, pero aun así te haces notar en cada cosa que tocas, en todo lo que somos, en todo lo que estamos. Pasas más rápido por la ciudad, más despacio por los desiertos, eres más efímero en el bullicio, mientras te prolongas en el silencio. Corres cuando menos quiero que pases, y te detienes cuando espero y espero. Vivo a través de ti, vivo a través de cada segundo que me dejas respirar. Quizás en otras dimensiones te haces más lento, o más rápido, quizás me haces mirar estrellas que ya no existen gracias a la inmensidad de tu amigo el universo, pero sabes? me encantaría pedirte que te detuvieras en todos esos momentos tan especiales de mi vida, como cuando aprendí a andar en bici, cuando fui a mi primer día de clases, cuando me dejaste acariciar y jugar con la Laica, cuando di mi primer beso o cuando me matriculé en la universidad, y ojalá hacerlos eternos, pero sé que va en contra de ti, tú no te detienes, tú sigues adelante, eres implacable. Y está bien, si total así eres tú, ni amado ni odiado, ni bueno ni malo, ni lento ni rápido. Simplemente eres tú.

Tiempo al tiempo