Déjame

Déjame sentir que entro dentro de tu alma y que allí me quedo. Déjame esperar allí tu cariño, sentirme abrazado por tus palabras, abofeteado por tu indiferencia y acariciado por tus besos. Déjame perderme en tu aroma, alocarme con tu mirada e hipnotizarme con tu sonrisa. Déjame cortar los pétalos de tu inocencia, para estar seguro de que me pertenecerán. Déjame jugar a ser aquel que te quite el sueño y que te nuble la mirada. Déjame correr en los laberintos de tus palabras y en los campos de tu silencio. Déjame enredarme entre tus sábanas, sentir tu piel junto a la mía, escucharte susurrar mi nombre y mirarme con los ojos cerrados. Déjame sentir que tu cuerpo se derrite junto al mío, que se unen, que solo son uno. Déjame ser aquel que te haga tocar el cielo y déjame también tocarlo contigo, extasiado de placer. Déjame dormir profundamente a tu lado, y soñar que caminamos juntos por Santiago, tranquilos, de la mano. Déjame despertar antes que tú, ser lo primero que veas al abrir tus ojos y ver tu sonrisa antes que nadie. Déjame tener un mundo contigo, donde nada más seamos tu y yo, viviendo en paz, en armonía, en completa sintonía. Déjame estar en tu vida tal cual como tú sabes que yo quiero estar y tal cual como yo sé que tu quieres estar en la mía. Déjame, pero nunca nunca me dejes.