Teletón
No suelo escribir sobre temas contingentes a la sociedad, no me gusta, no me atrae, ni tampoco encuentro que sea algo necesario en un lugar como este (porque nadie lo leerá), pero con la Teletón haré una excepción.
Muy pocas cosas me enfurecen más que la Teletón. Me repugna el hecho de que a los niños con discapacidad se le exponga; a ellos, a sus enfermedades y a sus familias, para tener que sensibilizar a la gente para que les den ganas de ir a donar dinero. ¿Como puede ser posible tanto el morbo? ¿Por la cabeza de quien puede pasar, que es una buena y noble idea exponer el sufrimiento de tantas familias ante tanta gente para que les donen dinero?
Odio a toda esa gente promedio, que todos los días ven pobres, que todos los días ven a gente de fundaciones y ONG haciendo colectas, y que nunca nunca nunca dan dinero, pero cuando llega el día del circo (Teletón) lo divulgue para aparentar su caridad. Siento que pocas cosas son más bajas que eso.
Odio que el señor Kreutzberger, rey de los cara duras, sea el líder de esta farsa, y que aparezca su cara de hipocresía cada día en todas partes previo a esta "fiesta de la caridad". Odio a los empresarios que dicen donar sus ventas (siendo que todos saben que lo hacen para evadir impuestos) y expongan sus facetas más carismáticas a la tv para que le gente pobre se impulse a comprar cosas que no necesita, endeudándose, haciéndose estos empresarios más ricos, y los pobres más pobres.
Me enferma que nadie mire un poco más allá, ni que vean que de todos los fondos que se recaudan, solo al rededor del 60% son para las terapias de los niños y los centros que se construyen. Se sabe, distinguido lector, que al rededor de un 25% de los fondos que se donan, van para los mismos hipócritas que nos "invitan" a meternos la mano al bolsillo, es decir, todos los seguidores y súbditos del rey de los cara duras, y un 5% va directamente al bolsillo de él. Sí, Don Francisco, el millonario empresario, animador que desde hace 36 años viene con esta idea del extranjero, aparentemente altruista, se deja para si mismo cantidades exageradas de dinero.
Me indigna el hecho que el estado no haga absolutamente nada al respecto. El ministerio de salud debiera velar por todos aquellas personas con capacidades diferentes y por sus derechos, impidiéndole a los empresarios evadir los impuestos (que debieran ser mayores que sus donaciones) para financiar a lo que este circo pretende financiar. Aunque quizás, si no fuera por los niños discapacitados, de seguro encontrarían otra absurda razón por la cual hacer este monumental robo.
Me enojé, chao
Muy pocas cosas me enfurecen más que la Teletón. Me repugna el hecho de que a los niños con discapacidad se le exponga; a ellos, a sus enfermedades y a sus familias, para tener que sensibilizar a la gente para que les den ganas de ir a donar dinero. ¿Como puede ser posible tanto el morbo? ¿Por la cabeza de quien puede pasar, que es una buena y noble idea exponer el sufrimiento de tantas familias ante tanta gente para que les donen dinero?
Odio a toda esa gente promedio, que todos los días ven pobres, que todos los días ven a gente de fundaciones y ONG haciendo colectas, y que nunca nunca nunca dan dinero, pero cuando llega el día del circo (Teletón) lo divulgue para aparentar su caridad. Siento que pocas cosas son más bajas que eso.
Odio que el señor Kreutzberger, rey de los cara duras, sea el líder de esta farsa, y que aparezca su cara de hipocresía cada día en todas partes previo a esta "fiesta de la caridad". Odio a los empresarios que dicen donar sus ventas (siendo que todos saben que lo hacen para evadir impuestos) y expongan sus facetas más carismáticas a la tv para que le gente pobre se impulse a comprar cosas que no necesita, endeudándose, haciéndose estos empresarios más ricos, y los pobres más pobres.
Me enferma que nadie mire un poco más allá, ni que vean que de todos los fondos que se recaudan, solo al rededor del 60% son para las terapias de los niños y los centros que se construyen. Se sabe, distinguido lector, que al rededor de un 25% de los fondos que se donan, van para los mismos hipócritas que nos "invitan" a meternos la mano al bolsillo, es decir, todos los seguidores y súbditos del rey de los cara duras, y un 5% va directamente al bolsillo de él. Sí, Don Francisco, el millonario empresario, animador que desde hace 36 años viene con esta idea del extranjero, aparentemente altruista, se deja para si mismo cantidades exageradas de dinero.
Me indigna el hecho que el estado no haga absolutamente nada al respecto. El ministerio de salud debiera velar por todos aquellas personas con capacidades diferentes y por sus derechos, impidiéndole a los empresarios evadir los impuestos (que debieran ser mayores que sus donaciones) para financiar a lo que este circo pretende financiar. Aunque quizás, si no fuera por los niños discapacitados, de seguro encontrarían otra absurda razón por la cual hacer este monumental robo.
Me enojé, chao
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