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Hasta este momento, aún no sé que ponerle de título a esta entrada. Es que en verdad no quiero escribir sobre algo en específico, en verdad solo quiero escribir. Y no es que me sienta importante por pensar que soy un gran escritor con una gran redacción, una gran oratoria o persuasión, no; solo escribo porque me gusta, porque me desahogo aquí y porque sé que hay un par de personas a las que les importo y que aún leen este rincón de mi vida aunque ya nunca plasme nada en este lugar.

No me gusta no poder escribir, no me gusta no tener tiempo para expresar lo que siento ni lo que pienso, y hay veces en las que ya no quiero seguir con el ritmo de vida que tengo, pero entonces es cuando me doy vuelta y veo si es que lo que estoy haciendo está realmente bien.. y lo está? vale la pena sacrificar horas y horas de sueño y de descanso, y horas y horas perdidas en viajar a mi alma máter, y más horas desperdiciadas en tratar de entender cosas que a la larga de nada servirán? Eso aún no lo sé, pero espero que llegue el día de mañana cuando me ponga el delantal blanco, y pueda decir que sí, que sí vale la pena todo el lado "malo" de lo que estoy pasando en este momento, porque al final, no todo es malo, y de hecho muchas cosas buenas han pasado desde el último año, muchas personas, realidades, y circunstancias distintas he podido conocer, y siento que todas esas cosas pequeñas, esas anécdotas, esos momentos, risas o bromas, al final nos enriquecen y nos hacen ver que en verdad, esta etapa, como cualquier otra, tiene su lado bueno.

Hay días en los que me siento tan cansado que solamente quiero tirar la toalla, pero no soy de esas personas que se rinden fácil (aunque suene un tanto narcisista que lo diga yo) y sigo intentando, porque para mí, pocas sensaciones son peores que aquella que te da cuando te das cuenta que no diste tu 100%. Me dí cuenta que soy del tipo de personas que prefiere caerse diez veces del mismo muro antes que darse por vencida. Me he dado cuenta de eso, y de varias otras virtudes que no sabía que tenía. 

Dejar de ser vegetariano me dio distintas perspectivas de la vida, si bien me abrió muchas puertas que yo mismo cerré, me hace más fácil descuidar mi salud, y eso me preocupa un poco. Pero quizás lo más preocupante es que ya no me da remordimiento ni asco mascar un músculo de lo que otrora fue un ser que respiraba, comía y sentía al igual que tu o yo. Es un poco como involucionar, pero en verdad, ya no me preocupa en demasía. Eso sí, me prometí que si o si en un punto de mi vida, debo volver a la soya y a los huevos duros en vez de los asados y las hamburguesas.

Temo que con la nueva administración mi país deje de tener la estabilidad que tiene hasta ahora, temo que los grandes inversionistas se vayan a otras tierras y dejen a millones de personas sin trabajo, y que la reforma haga que los pequeños emprendedores (como mi tío) se vean diezmados.

Me he reencantado con el fútbol, cada vez que puedo salgo a patear ese balón, tal como lo hacía cuando era un niño. Y sé que para muchos es un juego de idiotas, pero requiere de una rapidez mental importante, de estrategia, y de poder de predicción (como el ajedrez). Aún así, nos hace sacar toda la garra que llevamos dentro, todo ese espíritu competitivo que nos hace correr aunque tengamos los pies llenos de ampollas, de heridas y lesiones, que nos hace sudar hasta la última gota y dar el 100% en la cancha.

He dejado un poco de lado el hecho de tocar mis guitarras improvisar algo y crear, pero si siento que he madurado en ese sentido, y que he ampliado mis horizontes de manera transversal. Ya no me basta con un estilo y ahora me nutro de casi cualquier estilo musical, y quizás cuando ya no tenga la presión del tiempo o del cansacio, pueda tomar a mis regalonas y pueda componer esas piezas que duran tanto como las toco, y esas otras piezas que quedan, y que no se las lleva el viento.

No estar solo me da una seguridad increíble, pero no es por el hecho de tener una relación, es porque justo la persona que me tocó de compañera de vida, ES una mujer increíble. Y no se si fue suerte o que tuve muy "buen ojo", pero justo me gustó la mujer más noble, amable, entregada, honesta, entretenida y cariñosa que he conocido, y eso me hace muy feliz, mi vida gira en torno a ella, me otorga una paz en mi alma que nunca antes había sentido, porque antes de ella, mi cabeza era un remolino de ideas asqueroso, donde mis pensamientos no eran de los mejores; y ahora mi autoestima subió, mi sonrisa destella cada vez que la veo o que pienso en ella y mi corazón hace pum-pum pum-pum.

Y esa es mi vida ahora, que raya para la suma, está más que bien, y siendo las 00:00 hrs debo decir que ya no me quedan pilas, pero ahora sí estoy mucho más tranquilo. Gracias blog querido, tu si que apañas.

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