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Ya terminado mi primer semestre en la escuela medicina puedo decir que sí, que lo más probable es que seré capaz de terminar este arduo camino pero sé que no será nada fácil. No lo ha sido hasta ahora y entiendo que cada vez será aún peor, pero me di cuenta que dentro de mí hay una dedicación que ni yo sabía que existía. Sé que cualquier persona que entra a estudiar esta carrera debe entregar y sacrificar muchas cosas, pero al final, cuando te pones a pensar en lo feliz que serás con el delantal blanco y el fonendoscopio colgando del cuello esperando por todas esas personas que buscan tu ayuda, y que efectivamente, ayudas, todo el trabajo, todo el estudio pasa a un segundo plano, al final terminas encariñandote con la Anatomía, con la Biología y todas esas otras tantas ciencias que aún me quedan por estudiar. Lo que más me ha gustado de este semestre, es que, a pesar de que no me queda tiempo para mí, aún puedo pasar aunque sea un par de horas en la semana con las personas que más amo, y sabes que ahí estás tú, porque siempre los miércoles por la tarde estaré con mis hipercromías idiopáticas del anillo orbitario esperándote en estación Baquedano para pasar unas horas juntos para reír, besarnos, comer, o simplemente mirarnos a los ojos. Gracias por estar conmigo aunque te sea infiel con mi carrera, te amo.