Desolación

Ella es Constanza, una joven soñadora, llena de vida; un poco ilusa podríamos decir, pero mas feliz que muchas personas al fin y al cabo; Aunque esta felicidad era mucho mas frágil que lo que ella pensaba. Se sentía cobarde y niña pequeña, ya que nunca había hecho algo que realmente le dijiese: "Creciste, ya eres una mujer"
Desde hace muy poco había conocido esas cosas de las que todos hablan: brillo en los ojos, mariposas en el estómago y cursilerías por el estilo. Por primera vez en sus cortos 16 años estaba realmente segura de algo: Ese hombre, tan perfecto, tan ideal, tan igual a ella, tenía que ser suyo por el resto de su existencia.
Él es Ignacio, un hombre que se dedicaba a vivir la vida a concho podrán decir algunos; otros dirán que para él todo era un juego o que nada era importante. Pero objetivamente podríamos decir que era un joven alegre, seguro de sí mismo, atractivo y no se preocupaba demasiado de el que dirán.
Bueno, Ignacio quiso darle una oportunidad a Constanza, para ver si ella realmente debía ser su mujer, quizá -Realmente no sé lo que pasaba por la mente de Ignacio en ese momento-; Y tuvieron una fugaz relación, en la cual Constanza creció, conoció realmente a quien tenía al frente y aún asi, conociendo sus defectos, mañas y malas costumbres, se enamoró más y más de él. Y ya no fue solo un primer enamoramiento, creía que no había nada más en el universo, solo él, todo esto por que le había prometido que nunca la abandonaría; se transformó en obsesión.
Se aproximaba el día del cumpleaños de Ignacio, lo iba a celebrar en grande: Invitaría a sus ex compañeros, a sus amigos, a sus nuevos compañeros y se haría un gran reventón, pero había un inconveniente: Constanza debía cuidar a su hermano pequeño esa noche. Insistió, insistió e insistió que la dejaran libre esa noche pero la respuesta siempre fue un categórico "no". Esto no le dio mucho problema a Ignacio, quien de todos modos haría la fiesta.
Hasta que llego el gran día, y mientras Constanza miraba televisión cerca de la 1de la madrugada la llenó por dentro un escalofrío. Le dio la horrible sensación de que algo espantoso había sucedido. Bueno, no se preocupó más, su hermano pequeño dormía y ella se alistaba para también hacer lo mismo.
Al día siguiente, Ignacio lo llama y con una voz grave y seria -muchísimo mas seria de lo de costumbre- para decirle que necesitaba hablar con ella sobre algo importante. Se juntaron en el mismo lugar donde se conocieron, a las 5 de la tarde.
5:08 llega ella, un poco preocupada tomando en cuenta de que él no es de juntarse a conversar algo serio. Allí estaba él, con las manos en la nariz apoyando sus codos sobre las rodillas y sus pulgares bajo el mentón. La ve llegar, se sienta al lado de él y lo abraza. Le pregunta que qué le pasa, a lo que él responde:

Anoche… me emborraché y… te engañé- le dusurró; Y Constanza sintió que todo el mundo se caía. Recién ahí se dio cuenta de lo frágil que era su sonrisa, y se sintió tan sola, tan vulnerable que lo único que quería era arrancar, arrancar de todo y de todos. Salió corriendo, con un nudo en la garganta, con los ojos llenos de lágrimas y llegó a su casa. Eran cerca de las 6 de la tarde… No salió más en todo el día, se quedo allí inerte en su pieza, en posición fetal escuchando el disco que el le había regalado: Nevermind. Siempre pensaba “El me lo prometió, y aun asi!”…

Se mantuvo igual hasta las 2 de la mañana, se levantó, fue a tomar un vaso de agua, se miró al espejo y desde ese día Constanza se odió. Pensó que todo era culpa de ella, pensó que era por que ella estaba fea, gorda, por que no se cuidaba, por que no estudiaba o por que no tenía cultura, etc. No se pudo encontrar más defectos. Había pasado eso. Y se odió; a cada segundo se odiaba más y más, ya no soportaba estar frente al espejo, y subió las escaleras, fue a su pieza, puso por segunda vez nevermind, el track 5, Lithium, y encontró una hoja de corta cartón. Por primera vez en su vida se sintió tan mierda de persona que lo único que quería era autodestruirse... Pegó algunos cabezazos al suelo, se hizo vomitar, se golpeó hasta que ya no pudo más… Agotada, deshidratada, y sintiéndose como nunca, miró el reloj, eran las 5:28 de la mañana, y durmió.

Esa noche tuvo un sueño especial: Ignacio la miraba y la llamaba, la abrazaba y le decía: “no pierdas la esperanza, si aún me quieres, ven por mí, juégatela!”; por momentos pensaba de que el sueño era real, y le decía a Ignacio, lo mucho que lo quería pero luego el desaparecía de la nada y se iba entre la niebla de cualquier sueño.

Despertó al día siguiente con un asqueroso dolor de cabeza, de estómago y en las muñecas, y se quedó acostada todo ese día, y decidió al día siguiente hablar con Ignacio.

Salió ese día, corrió a su casa, tocó el timbre y sale una muchacha de unos 17 años y le pregunta que desea. Constanza le dice que quería hablar con Ignacio y le dice casi riendo que está muy ocupado. Constanza le pregunta a la muchacha que quién era ella, y le dijo: “Su andante po’h!” y en el mismo instante sale Ignacio sin polera y pregunta: -¿Qué pasa?- Y al ver la cara sollozante de Constanza, se tapa la boca y entra a su casa y detrás de ella la joven.

Constanza, débil, llora, va mirando al piso, caminando rápido con las manos en los bolsillos, y llega a su casa.

Su familia nunca sospechó nada; era de suponerse, eran todos despreocupados.

Volvió a su cama, en posición fetal nuevamente y nuevamente soñó lo mismo. Al día siguiente también y así. Y al verlo nuevamente por la calle con su radiante nueva novia, Constanza fue a la casa de un antiguo amigo, quien ahora era de los “famosos” vendedores de narcóticos del lugar y Constanza gastó todo lo que tenía en su bolsillo en diferentes tipos de drogas…

Y fue a su casa, se dopó y le bajó toda la angustia y en ese momento, por segunda vez en su vida estaba tan segura de algo: No quería seguir existiendo. Recordó, el revolver de papá, sería el fin, pero ya se sentía muy cansada. Lo consumaría el día siguiente.

Había pasado una semana desde que su alma ya no vivía, y debía acabar con su cuerpo. No notaba mejoría y al soñar nuevamente, por sexta vez que el amor de su vida le decía que nada estaba perdido, pensó que ya estaba lista. Escribió una carta a sus padres y una a Ignacio la cual mantuvo en sus manos pegada a su pecho hasta apretar el gatillo.

Ese era el fin, Constanza no resistió más, tomó el revólver con sus delgadas y livianas manos, cerró los ojos, imaginó al amor de su vida haciéndole el amor a la joven que había visto, y se fue. En esas fracciones de segundo, luego de apretar el gatillo y lantes de que la bala llegara a su cerebro, fue cuando mas valiente se sintió en su vida, y sonrió, por que por lo menos por una fracción de segundo, se sintió mujer.

De fondo sonaba "Something in the way"…

En su casa, su madre lloró, su padre se limitó a contener a mamá, e Ignacio, solo pudo impresionarse al leer su carta. Constanza nunca guardó rencor contra él, siempre lo alabó y no lo culpó nunca de nada. Cony, como le gustaba que le dijeran, fue siempre muy autocrítica y en la ultima semana de su vida, conoció todo lo que mucha gente que se suicida conoce: El real odio contra uno mismo, la pérdida de la última esperanza de seguir viviendo, y el completo apoderamiento de la desesperación y la desolación sobre su mente. Y su último deseo fue que nunca la recordaran, ya que sólo lograrían deprimirse. Constanza ya tenía asumido que nadie realmente la amaba; esa fue la clave, de su acto de valentía; acabar con lo único que le dolía, su vida…



Siempre pienso que me faltó ese revolver...

Comentarios

  1. Voy a cambiarle el final a tu cuento... no importa si no queri

    Constanza estuvo bajo una gran deprecion por lo que sucedio con ignacio, se sintio morir.
    Pero no estaba todo perdido, constanza tenia amigos, una par de amigos que isieron todo lo posible por ayudarla a curar su corazon desangrado. La acompañaron en los llantos, la abrazaron cuando no se pudo sostener. Patricia y Eugenio la llevaron a pasear, a volver a valorar la vida, conoció gente nueva, respiro nuevos aires. No era la misma que antes pero ahora se sentia mucho mejor que antes con sigo misma gracias a las maravillosas personas que estaban a su lado y que talvez en algun momento olvido que existian para ella.
    Pocas veces volvio a ver a ignacio y las veces que lo vio, sintio una mezcla de pena y nostalgia, pero al dar vuelta el rostro siempre resibio una sonrisa de sus amigos.
    constanza no habia pensado que volveria a sentir de nuevo; conocio a un chico llamado Francisco, Cuando estaba con el en su estomago volavan mariposas que explotaban y en sus ojos se reflejaban las luces que estas destellaban, le daban muchas cosquillas, sentia ganas de reir no podia dejar de sonreir a su lado, sentia en sus piernas un monoton de hormigas que tenian una fiesta desde la punta de sus dedos hasta sus caderas.
    Haasta que llego el dia en que francisco la beso: el mundo se paró, las personas desaparecieron, ya no estaban en la plaza; se sentian volar. Su corazoñ latia tan fuerte que el y todo el universo lo podian escuchar y el le prometio que siempre lo iva a cuidar y que en el su nombre iva a tatuar.
    Francisco la amaba y ella lo amaba a el era un amor diferente al otro. porque mas allá de amarse como pareja se amaban como amigos y se cuidaban y se querian. (L)
    Constanza aprendio que en la vida si uno cae tiene que levantarse. no te puedes dejar derrotar y si la caida fue muy fuerte siempre, siempre ahi alguien para ti. "Lo que no te mata te hace mas fuerte".
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    Ojala qu te guste mi final alternativo

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