Thoughts of a dying atheist.

Yo no se porque demasiada gente se queja y reniega de los problemas y las situaciones difíciles. Después de todo, solamente descubres que la azúcar es dulce después de haber probado la sal o sabores más amargos. Es en los momentos más difíciles donde se forja la verdadera voluntad de los triunfadores, y es en la desgracia donde han surgido las mejores ideas que han cambiado al mundo. Casi toda la gente olvida que cuando un gran amor se va es primero porque nunca fue verdaderamente tuyo, y segundo, porque en realidad era solamente una preparación para que en realidad valores como debe ser a la persona que esta destinada para tu vida. La existencia misma prepara a los seres humanos para lo que viene, pero solamente los que tienen el suficiente coraje para salir adelante lo saben y lo aceptan, por eso sanan pronto de sus heridas. Los débiles de carácter y los que gozan de su propio dolor, pierden el tiempo buscando salidas falsas o buscando pretextos para sentirse mas víctimas del destino...

Varias oportunidades en mi vida, en distintos momentos y en diferentes situaciones me  he visto envuelto en dicotomías, en las que no siempre se me dio la oportunidad de elegir (claro, como a cualquier persona). Son situaciones puntuales en las que una pequeña respuesta, un pequeño movimiento, una palabra, una acción cambian el rumbo de toda la vida al futuro hacia la dirección en la que ahora estamos; y no sé si a aquello que te hace elegir entre una cosa u otra, o lo que te hace ir por un camino en vez de otro será una casualidad absoluta, la elección de alguna deidad teológica, o aquello que muchos llaman, el destino. Siempre recuerdo una vez cuando niño, no tenía más de 8 años mientras jugaba al "pillarse" en el colegio con los otros niños y niñas en el recreo. Pude alcanzar a mi compañera a quien perseguía desde que había sonado la campana, y mientras la tomaba de su polera se afirmó de un arco macizo, muy pesado de la cancha en la que estábamos, el cual se balanceó ...

Anoche tuve quizás, el sueño más deprimente, angustiante, melancólico y desesperante de mi vida. Puede sonar raro o confuso, pero fueron muchas las emociones que sentí y las percibía tan reales que en ningún momento se me pasó por la mente que eran creaciones de mi subconsciente dentro de las 3 horas que dormí la última noche. Eran pasadas las 6 de la tarde mientras caminaba por Santiago. Estaba triste, un poco desorientado, taciturno, quizás bajo el efecto de alguna droga. Recordaba que algún conflicto había tenido con mi novia y sabía que mi familia por algún motivo ya no existía, y además sabía también que alguien me seguía. Ese alguien (que era más como una voz más que una persona en sí) me obligaba a hacer algo que ya no puedo recordar, y mientras lo hacía, sentía como llegaba ella, mi novia, unos años mayor que ahora. Sentí como dirigía sus ojos hacia los míos, y luego de mirarnos por unos tres segundos (durante los cuales todo el tumulto de gente que pasaba por el centro en es...